Dato Curioso – Por qué el Español tiene Signos de Interrogación y Exclamación al Principio de las Frases
El español es la única lengua del mundo que pone un signo de exclamación (¡) o de interrogación (¿) al principio de una frase. ¿Por qué?, nos preguntamos.
La mayoría de los historiadores coinciden en que los signos de exclamación se utilizaron por primera vez en manuscritos latinos y que el signo de interrogación fue introducido por los carolingios, dinastía francesa que dominó Europa Occidental entre los siglos VIII y X.
En ambos casos, estos símbolos utilizados para enfatizar o preguntar se incluían sólo al final de las frases
Entonces, ¿por qué en el español escrito se añade un signo de interrogación o exclamación tanto al principio de la frase como al final?
La primera referencia oficial de esta idiosincrasia lingüística aparece en la segunda edición del libro de ortografía y gramática de la Real Academia Española, publicado en 1754.
Los académicos españoles llegaron a la conclusión de que no bastaba con poner un signo de interrogación al final de la frase -sobre todo cuando se trataba de oraciones largas-, sino que había que añadir también un ¿ al principio.
“Hay períodos o cláusulas largas en que no basta el signo de interrogación puesto al final y es necesario desde el principio para indicar el sentido y tono interrogativo con que debe leerse”, reza el acta de la reunión celebrada en 1753 sobre por qué era “conveniente” en español la “novedad” de un signo de interrogación.
Inicialmente, esta regla de añadir un signo de interrogación invertido sólo era aplicable a las frases largas, pero con los años los lingüistas se dieron cuenta de que a menudo era difícil determinar cuándo una frase debía considerarse corta o larga, y que la gente acababa interpretando la norma a su antojo.
Así que en 1870, la Real Academia Española dictaminó que los signos de interrogación iniciales debían añadirse a todos los casos aplicables, independientemente de la longitud de las frases.
El signo de exclamación, que se incluyó en los libros de gramática española más tarde, en el siglo XVIII, se consideró oficialmente una regla de dos símbolos en 1884.
De hecho, no fue hasta 2014 cuando dejó de denominarse oficialmente signo de admiración y pasó a conocerse como signo de exclamación.
A día de hoy, la Real Academia Española -conocida como la RAE- tiene claro que la puntuación correcta en español debe ser siempre un signo de exclamación o interrogación al principio de la frase si lo hay al final, y que imitar lo que ocurre en otros idiomas como el inglés, donde solo va al final, es incorrecto.
Esto se aplica independientemente de que la pregunta o exclamación vaya sola: ¡Adiós! (¡Adiós!) o ¿Cómo te llamas? (o si se trata de un punto dentro de una frase, como Me acabo de despertar, ¿qué hora es?